¡Que
alegría Joselito! En el Cielo del Barrio León tenéis fiesta y hay
que ver, la tendréis montada...
¡Qué
alegria! ¿Verdad Tito Salva,?¿Verdad José José? ¡Que alegría
Sema, que alegría! Ay, la que tendréis montada allí arriba, que
hoy le he vuelto a ver aquella sonrisa inmensa y humilde en el cielo
de Sevilla, la que dibujaba a “Joselito” en su carrito vendiendo
cupones a las puertas del Mercado de san Gonzalo en las mañanas más
azules del Tardón. ¡Qué alegría! Emilio Cano habrá hecho un
barreño de papas aliñás, que hoy más que nunca sabrán a gloria
Bendita…
Ofú,
cualquiera aguanta hoy a Manolo Garduño, o a Manolo Orellana, o a
tantos y a tantos que me vienen a asomarse al salón de mis
recuerdos. ¡Qué alegría! Hoy no doy, no damos pie con bola…
Ahora, con ganas de reír, ahora con ganas de llorar… ¡Que
alegría!
Qué
os voy a decir ¿verdad abuelo Manolo?... Si habéis sido vosotros
los que habéis marcado el camino de nuestros blancos nazarenitos
para llegar hasta aquí. Como niños de todas las edades, siempre
cuidados entre sus amorosas manos.
¿Que
coronan a nuestra Virgen de la Salud? Que cosa más grande…
¿Verdad? Pero bueno, ella siempre tuvo una corona de gratitud, de
tantos y tantos que se acercaron a pedir su favor. Una corona de oro
puro, anónima, silenciosa, radiante, como su mirada de cada lunes
Santo. Llena de piedras preciosas, una por cada una de las muchas
personas que han custodiado el pañuelito de la Virgen de la Salud en
momentos de enfermedad.
¡En
tu honor Inmaculada!… Como dice tu salve y como tantas y tantas
madres, que todavía se siguen acercando hasta el Barrio León, para
implorar tus amorosos cuidados para un hijo enfermo. ¡Que alegría!¡Y
que orgullo como hijo suyo!
Ahora
a prepararnos, a preparar nuestra Obra Social, a volver a vernos como
tantas y tantas veces en la Casa de Hermandad, a darle profundidad y
sentido verdaderamente cristiano a la cita que tenemos ya fijada para
el calendario… ¡Ay, Otoño de 2017! Han llamado de nuevo a
arrebato las campanas que de verdad mas suenan en el Barrio León.
Las que nos convocan a todos los hermanos de San Gonzalo.
¡Que
alegría! Sólo un ruego: permitidme una última licencia…
Por
quien fue dedicatoria,
supo
inspirar mi plumilla
y
me trajo a la memoria
lo
más grande de Sevilla.
Por
quien todo me lo pudo
otorgar
como regalo,
en
la garganta hecha nudo
a
mi "Azahar de San Gonzalo".
Por
quien marca con su agrado
mi
quehacer en esta vida
hoy
mi voz de enamorado
le
acaricia en despedida.
Por
quien hace de mis horas
instrumento
en su persona
mi
palabra pecadora
con
mil gracias la corona.
Por
quien se presta al abrigo
y
en su manto nos guarece;
que
amor, familia y amigos
saben
bien quien les protege.
Mi
verso y mi gratitud
sean
pañuelo de su llanto
y
mi piropo se haga beso.
Por
ti Madre, mi "Salud"…
hoy te entono este canto…
para
hablar nuestro gozo…
¡Que se hizo plenitud!